(Por P.M.) Ésta es la pequeña historia de un hombre de bien. Ésta es la pequeña historia de un hombre sin conciencia. Ésta es, en fin, una historia pequeña. El hombre vive de la caridad humana y sueña con planchas que jamás podrá comprar. Planchas de acero inoxidable. Planchas con múltiples salidas de vapor. Este hombre sueña, en fin, con planchas. Trabaja de alguacil en un juzgado. Es pequeño y calvo. Trabaja de 6 de la mañana a 3 de la tarde. Lleva barba de ocho días. Trabaja como una mula. Es, en fin, un hombre bajito. También le preocupa el problema de las canas. Pero no bebe agua. Usa todo tipo de productos para abrillantar su cuero cabelludo. Le gusta más el vino. Le gusta el baile escocés. No mira por el dinero. Nunca ve dinero. Le gusta el baile escocés. Lleva los zapatos de hace veinte años. Ni siquiera están gastados: repelen el ciclo temporal. El hombre lleva el pantalón manchado de carne de vaca desde hace veinte años. Le duele cuando le pinchan en una pata. Le pinchan porque le duele. Por eso le gustan las planchas, porque no pinchan sino que te abrasan vivo. El hombre no es un hombre. Es una hiena. T.T.T.T.T.T.T.T.T.T.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario